Estuvimos en las buenas y en las malas; en la plaza del festejo y de la bronca. Mostramos los ascensos del fútbol, el dolor de las tragedias, el aplauso merecido, el orgullo de mujer. Elegimos las palabras adecuadas y las fotos que hablan por sí solas. Proclamamos a los mejores. Promovemos la solidaridad; criticamos, opinamos, impulsamos los buenos ejemplos, ponemos en evidencia lo que está bien, lo que está mal. Nos gusta la música porque nos sentimos jóvenes, vamos al teatro, vemos la televisión, acompañamos los sueños de muchos, de pocos, de unos cuantos.
Al comienzo fuimos páginas en blanco y negro, con letras grandes, bien grandes; vimos nacer a la radio, después a la televisión y un buen día nos llegó el color. Recreamos con la fuerza luminosa del arco iris y fuimos premiados. Vestimos la naranja y le ganamos a Francia. Respiramos el mismo aire de los tucumanos, que a veces contamina y otras veces es puro, fresco. Cuando cae la nieve, celebramos, pero el hollín nos irrita como a todos. Vimos triunfos, derrotas, pasos en falso y progresos. Caminamos la ciudad y el interior; estuvimos en los festivales, en los carnavales y nos gustan las montañas de los valles. Sufrimos las pérdidas del corazón, pero celebramos los mundiales. Nos gustan las letras, promovemos la lectura y adoramos los libros que se leen, buscamos la Justicia, defendemos la Constitución. Sugerimos la moda, exponemos las tendencias y todavía estamos en tus reuniones de familia. Te invitamos a reír; te aconsejamos un abrigo y, cada fin de año, recordamos lo que se hizo, lo que se dejó de hacer, lo que falta cumplir, lo que está por venir. Te mostramos lo que dice el campo, lo que hace el gobierno, lo que sale del Congreso.
La primera vez que salimos a la calle teníamos cuatro páginas, después fuimos creciendo hasta llegar a la Luna. En el siglo pasado viajábamos en tren hasta La Cocha y en la ciudad andábamos en tranvía. Fuimos a la cancha cuando no había codos en las tribunas. Vimos el boxeo de los viernes en Villa Luján y el cine al aire libre en el Monumental. Subíamos a los autos de alquiler, eran negros y amarillos y no había Cristo en San Javier. Le sacamos el antifaz al zorro, cuando vino a Tucumán. Oramos con el papa, jugamos con Maradona y enfrentamos a Pelé. Dábamos las noticias a la tarde, después por teléfono hasta que llegó internet. Los que algún día se fueron del país, ahora se sienten más cerca. Están conectados? como ustedes y nosotros. Desde hace 98 años. Como siempre La Gaceta. LA GACETA ©